sábado, 12 de mayo de 2007

Senectud y poder

(Víctor Guillot)

Me he fijado en el rostro de la Alcaldesa. Cuánta densidad de pasado. Hay aquí mucha mujer añosa, entre tanta apoteosis roja y progresista. Lo he visto también al contemplar a María Teresa Fernández de la Vega, toda una mujer de hierro que ha venido a bendecir la candidatura del poder. Lo cual que la senectud es un valor si todavía es capaz de hacer temblar el misterio de la vida con la misma violencia que una mujer de 30 años. En estos días electorales, la ciudad se transforma en una almoneda, pero lo que a mí me interesa es ver cuánta resistencia, cuánta femenina arboladura, sostiene a la izquierda y a la derecha en Gijón mientras Churruca le da un mordisco a la manzana del poder. Mientras tanto, todo serán promesas, reproches y culpas, ay.

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